Lo primero que hay que saber de Tenerife es que es una isla todoterreno: hay opciones para todos los gustos, edades y bolsillos. Para aventureros, amantes de la gastronomía o del relax. Si te gusta la playa, es tu isla; pero si eres más de montaña, también puede ser tu sitio.
He aquí algunas anotaciones básicas si no lo conoces: su temperatura media anual ronda los 23 grados, así que puedes ir con el mismo plan en mente en cualquier época del año. Tampoco está lejos (unas tres horas en avión desde Madrid), por lo que las escapadas de fin de semana son bienvenidas. Cuenta con dos aeropuertos: el del norte y el del sur. Pero no solo los aviones dividen la isla, también lo hace su paisaje e incluso el tiempo. En el norte se respira un clima más tropical, frondoso y con playas de arena negra. En cambio, el sur destaca por su calor más seco y sus playas infinitas.
Combinar ambos es posible, ya que los traslados de una punta a otra no se alargan más de una hora, pero donde te alojes marcará la diferencia y definirá tu viaje. ¿Eres más de norte o de sur? ¿Huyes de las masificaciones o te gusta estar cerca de todos los servicios y comercios? ¿Quieres vistas al Atlántico o a un volcán? ¿Eres de los que pasa horas y horas en la playa y nunca se aburre? ¿Amante del todo incluido o de probar restaurantes?
Lo primero, es que la cercanía al Teide, la visita por excelencia, no va a definir nada, porque se encuentra en el centro de la isla. Así que, coge papel y boli y empieza a anotar las ventajas y desventajas de cada zona.
Así es alojarse en el sur de Tenerife
La opción más típica, sobre todo si vas con niños o en familia. ¿Por qué? Porque la zona sur está llena de resorts con opciones de todo incluido, comodidades varias y muchos en primera línea de playa o a solo unos minutos andando. También se entiende por el clima, más caluroso y seco que en el norte, por lo que tendrás días de playa y piscina garantizados.
Es la zona más comercial y con más actividades a mano, además de ser la predilecta de los guiris. Es la zona también con más fiesta (cuando la había, claro) y con las mejores playas. Puedes alquilar un coche y plantarte en muchas zonas de la parte norte en una hora, así que tampoco es impedimento para descubrir la isla entera.
Además, la zona se está reinventando bastante para sumarse a esta nueva ola de bienestar y a unas vacaciones de desconexión y relax reales. Hay históricos de la isla, como el Hotel Bitácora, que durante los meses de pandemia (la decisión ya estaba tomada antes del confinamiento) ha reinventado su concepto de vacaciones en familia. Así que, si lo que te da alergia son las pensiones completas en bufets mediocres, los espectáculos chungos de animación nocturna y las hamacas abarrotadas desde primera hora, conviene que eches un vistazo a esta nueva propuesta.
La estética y los espacios flúor con piezas artísticas llenas de color y personalidad han sido tarea de Lauro Samblás, director creativo que ha trabajado para Gucci o Perrier y que es parte responsable de la transformación del complejo. Pero los culpables han sido los clientes, cuyas sugerencias para conseguir todavía una mejor experiencia han dado lugar a un resort con opción a todo incluido y diferentes áreas de disfrute para todos los miembros de la familia: adultos, niños y adolescentes.
Está en la zona de Arona y cuenta con seis piscinas, dos de ellas con toboganes para todas las edades (sí, para adultos también); espacios de restauración muy bien repartidos y con materia prima de calidad; una zona infantil con kids club, parque de juegos y ludoteca nocturna; una sala para adolescentes con DJ y billares; un gimnasio con vistas panorámicas…
Y al igual que hay zonas para niños también las hay solo para adultos, como la zona UP!, un espacio premium en la azotea para mayores de 18 años con piscina infinity, solárium, jacuzzis, bar y vistas al Atlántico y a la playa de las Américas, a solo unos metros del hotel.
En la zona Sur, además, cuentas con atracciones como el Siam Park, el parque acuático más grande de Europa y el mejor del mundo, según Tripadvisor. Podrás disfrutar de sus playas, zonas comerciales, paseos marítimos, restaurantes y piscinas naturales. Además, puedes dar un paseo por la Reserva Natural Especial del Malpaís de la Rasca, en Arona, o dar un paseo por Vilaflor de la Chasna, uno de los pueblos más altos de España.
Una de las actividades que puedes hacer es dar una vuelta en barco en busca de delfines y ballenas y disfrutar de los impresionantes Acantilados de los Gigantes. También puedes practicar surf y otros deportes acuáticos, ya que encontrarás muchas posibilidades de alquiler de material e incluso clases. Si te gusta, no dejes de visitar la localidad pesquera El Médano, frecuentada por los amantes del windsurf y el kitesurf.
ASÍ ES ALOJARSE EN EL NORTE
La zona norte ofrece unas vacaciones más tranquilas. Eso sí, debes tener en cuenta el clima, porque es más probable que tengas días fríos, nublados e incluso con lluvia.
En el norte están muchos de los puntos de visita obligada de la isla, como La Laguna (Patrimonio de la Humanidad), La Orotava o Garachico. Tampoco puedes perderte las piscinas naturales de Bajamar o la famosísima playa de las Teresitas, en Santa Cruz de Tenerife. De arena dorada (traída del Sáhara en los años 60), agua turquesa y (normalmente) en calma, es considerada el Caribe tinerfeño.
Un paseo por el bosque de Anaga es también de obligado cumplimiento, además de visitar Buenavista y su Faro de Teno. Sendero de los Sentidos en Anaga.
Hay menos opciones hoteleras y se estila menos el estilo resort del sur, pero puedes encontrar opciones que merecen mucho la pena y en las que desconectar alejado el ruido.
Un tipo de turismo que ofrecen hoteles como el Meliá Hacienda del Conde, en Buenavista. Pertenecía a los condes de Siete Fuentes y el grupo rehabilitó las estancias y lo convirtió en un lugar en el que merece la pena quedarse al menos una noche si decides apostar por el norte. No tendrás acceso a la playa (más bien a un campo de golf diseñado por Severiano Ballesteros), pero sí unas vistas alucinantes al océano Atlántico. También puedes ir a pasar el día en sus camas balinesas, al spa o a cenar en su restaurante mirador. Las piscinas del Meliá Hacienda del Conde.
Las opciones gastronómicas del norte son más atractivas gracias a sus guachinches, unas sencillas casas de comidas que se concentran principalmente en la zona de La Corujera, en el municipio de Santa Úrsula. Los auténticos respetan el concepto que les dio nombre: se trata de espacios dentro de casas de agricultores que, para dar salida a su producción de vino, lo daban a probar y lo acompañaban con algo de comer. Así, no encontrarás grandes cartas ni muchas pretensiones, sino comida muy de la isla (carnes a la brasa, guisos…) y el mejor vino.
En cualquier caso, Tenerife es una isla que se recorre con facilidad a pesar de ser la más grande de las canarias. Su superficie es de 2.034 kilómetros cuadrados, su máxima longitud es de 87 kilómetros y su máxima anchura asciende a 45, por lo que no tendrás que renunciar a ninguna visita si te quedas el tiempo suficiente.
Fuente: El Mundo