A pesar de que ya cada vez estamos más cerca del fin de la pandemia y las restricciones cada vez van a menos, la realidad es que aún sigue en nuestras vidas y más a la hora de viajar a otros países. Algunos lugares no sólo reclaman cuarentenas al llegar sino que muchos tienen prohibida la entrada a turistas como Australia o Estados Unidos.
Un mapa de la web de skyscanner muestra las restricciones de cada país para hacer frente al coronavirus, donde aparecen 49 países con restricciones muy elevadas y 32 con restricciones moderadas. Por eso, este verano la mejor opción es hacer turismo nacional, eso sí, las playas de algunos rincones de nuestro país no tienen nada que envidiar a los lugares más exóticos e idílicos del planeta. Aquí va una lista de los pueblos costeros que no te puedes perder y donde vas a poder encontrar la tranquilidad.
Un pequeño pueblo marinero de Asturias que ha sido declarado conjunto histórico y que sólo cuenta con 250 habitantes. Un lugar perfecto para disfrutar del mar, pasear por las calles que esconden casas antiguas de diferentes colores y perderse por toda la vegetación que lo rodea.
Este pequeño pueblo es sin lugar a dudas una de las joyas de la costa vizcaína, conocido por su ola izquierda, que atrae a los apasionados del surf. Además está situado en plena Reserva de la Biosfera de Urdabai, un espacio natural formado por 12 km de arenales y amplias marismas.
La pequeña isla de la comunidad valenciana, donde actualmente sólo viven 59 personas. Un paraíso para el buceo y el snorkel, ya que en 1986 se declaró reserva marina, y donde además se practican deportes acuáticos como la vela o el windsurf. Sin duda el lugar ideal si buscas tranquilidad y te apetece hacer actividades.
Puerto de las Nieves es un pueblo pesquero pintoresco de la costa norte de Gran Canaria, con vistas a Tenerife y al Teide. Playas rocosas, agua cristalina y paisaje rural, un lugar ideal y de ensueño para encontrar la tranquilidad en verano.
En Galicia encontramos Catoira, un pueblo con un gran Patrimonio Natural y Cultural, conocido como el pueblo vikingo. Una villa rodeada de mar y montaña donde visitar su conjunto fortificado y disfrutar de sus bosques y playas fluviales.
Llucalcari es uno de los pueblos rurales más bonitos y tranquilos de Mallorca. Un pequeño pueblo de piedra situado en plena Serra de Tramuntana entre Deià y Sóller, rodeado de campos de olivo y vistas al mar. Atravesando un pinar se llega a cala es Canyaret.
O Vicedo es el lugar ideal para disfrutar de un turismo rural y a la vez de sus espectaculares playas de arena blanca que tanto lo caracterizan. Un sitio idílico para encontrar la tranquilidad.
Situado a 50 km de Santander y asentado sobre colinas que lo protegen del mar cántabro. Comillas es conocido por su patrimonio arquitectónico, su gastronomía y sus playas cercanas.
Garachico es una villa y antiguo pueblo de Tenerife que quedó sepultado bajo las arenas negras del volcán en el siglo XVIII. Ahora es un destino idílico para visitar sus iglesias y conventos históricos y disfrutar de sus piscinas naturales.
Fuente: La Vanguardia
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